El cuentico amarillo

Hoy tuve una lectura muy distinta a las que normalmente tengo, como sabemos, en Medellín se está celebrando la 13° Fiesta del libro y la cultura, en la cual, el Cuentico Amarillo es tradición. Bueno, me regalaron uno que titula “Libros-leídos Pequod” y parece más un comic, hay muchísimas ilustraciones y poco texto, eso me dificultó la lectura e incluso quería iniciar esta publicación diciendo que no hice una lectura sino un intento de lectura y es que, ¿quién dice que las letras son las únicas que se leen? Me cuestioné a mí misma antes de darme por vencida de ver dibujos cada que daba vuelta a la página, dándome cuenta de lo mucho que nos hemos, o al menos me he, acostumbrado a no analizar, a que todo me lo den clarito, específico, literal, o si no, me aburro. Tal vez es esa la razón por la que no he leído nunca un comic por mi propia cuenta o por la que le he negado tanto tiempo a la lectura su poder de descifrar, más allá de palabras, imágenes, sonidos, olores, miradas, porque la lectura no se queda solo en la acción de leer, sus sinónimos dan cuenta de dar una interpretación, buscar una explicación o encontrar sentido, y otros que consisten en entender lo que se nos expone, que bien podría ser una realidad inminente en todo nuestro frente o un mensaje oculto. Y es que siempre, siempre, aunque no tengamos un libro en nuestras manos, estamos haciendo una lectura. De pequeños, el gesto de nuestra madre nos avisaba que en la casa hablábamos sin ella decir una sola palabra, en el colegio criticamos gente con nuestros mejores amigos sin que nadie más lo entienda, captamos las señales que nos da esa persona que nos gusta, comprendemos la magnitud de los actos de la sociedad mediante la lectura que le hacemos a la cultura, al arte, a la televisión y a las personas que nos rodean día a día, nos levantamos y podemos hacer una lectura del clima, una lectura de nuestras emociones ¿quién puede decir que no ha leído en su miserable vida? Absolutamente nadie. Lo que llega a existir es la diferencia de qué cosas lee, por qué, cómo, cuánto lo hace, pero ¿por qué hemos decidido que leer sea una actividad referente únicamente los libros? Es aquí donde me entero yo, de la importancia de este tipo de lectura, los libros son prácticamente el medio más excepcional que tenemos para conocer las lecturas que hacen o han hecho otros sobre la vida, el terror, la ficción, el amor, porque creo que es ahí donde se encuentra la mayor diferencia tomando como referencia lo hablado, hoy por hoy escuchamos las lecturas que hace nuestra familia, amigos o vecinos porque compartimos con ellos, pero es gracias a la escritura que conocemos las lecturas que hicieron algunos y algunas con los que ya no convivimos y como los que no estarán con nosotros conocerán nuestras lecturas.

 

En fin, reflexioné en que debo darle mucha más importancia a les lecturas que no impliquen letras, y empecé haciendo un esfuerzo con este pequeño relato. “Libros-leídos Pequod” narra brevemente cómo un librero llega a tener la mejor librería de la ciudad, él cuenta que, intentó ser marinero, pero sufría de terribles mareos y no era muy bueno cazando ballenas, así que decepcionado, en un puerto, se interesa por la literatura y se decide a trabajar en ellos, encuentra la que será su esposa y además cuenta con la amistad de personas maravillosas que conoció en aquel tiempo donde su casa era el océano. Hasta ahí entendí, por eso digo que es un “intento de lectura”, porque eso fue lo que él habló, lo que les respondió a los entrevistadores, pero ¿y todas las ilustraciones que había antes y después de este texto? No pude entenderlo, podría fácilmente ser una muestra de que es un sueño, de que está inventando, de que es un recuerdo, de que está muerto, de que se está muriendo, pero yo simplemente no puedo captarlo y no porque sea un final abierto o algo por el estilo sino porque me falta aprender a leer imágenes, contextos, tiempos y muchas otras cosas. Es realmente extraño y a la vez vergonzoso tener que aceptarlo con un libro tan diminuto como este, aunque, es algo bueno ver lo subestimados que tenemos a este tipo de escritos creyendo que no pueden enseñarnos nada. Intentaré leerlo de nuevo hasta que comprenda cuál es la intención de Pablo Pérez, el guionista y también ilustrador, porque seguramente no es lo mismo que les conté al principio de este párrafo.

Melany Pérez 11°-1