Microrrelatos

Julio 2017

Microrrelatos a partir de una imagen

 

¿Acaso no hay historia en las imágenes? Cuando nos enfrentamos a cualquier imagen, no solo nuestra vista capta lo que esta transmite, también lo hacen todos nuestros sentidos, y el más grande de todos, ¡la imaginación! 

Mira lo que vieron algunas personas en esta imagen, ¿qué ves tú?


Caro Rentería Córdoba

Luego de un exhaustivo día de trabajo, se encontraba entonces Pablo en la tranquilidad de su biblioteca, (herencia de su padre) buscando qué leer... Toma un libro y comienza a sumergirse en una cascada fresca de aventuras, atravesando valles de palabras y atardeceres tranquilos llenos de literatura... Al terminar su lectura momentánea y retomar sus quehaceres cotidianos, meditó para sí mismo ¡Gracias a la vida por mi capacidad de leer! 💙

Anna Gutiérrez

Decidí escribir un libro, pero no me inspiraba, ninguna idea llegaba a mí. 

Hasta que un día, pude dejar a un lado mi afán... Me di cuenta de que nuestro mundo, lo que nos rodea... Es el mejor libro jamás escrito y en él se encontraba la inspiración que me faltaba... Pues me faltaba aprender a vivir para finalmente darme cuenta de que algún día debo morir.

David Rodriguez

El amor que tengo para darte es igual a una cascada, cada una de sus gotas representan las palabras que tengo para decirte, puede que el sol me haga desaparecer pero recuerda que siempre volveré para amarte una y otra vez.

Felipe Hincapié

Mi mundo, tan extenso como corto y tan frágil como el roble, se deshacía tras cada pasar de página en mis recuerdos, lo que antes era un paraíso, plagado de colores, sabores, sonidos, presencias y ausencias, ahora no era más que un pobre campo verde vació, lleno de olvido, de memorias difusas, de poemas anónimos a la nada que no tienen ni inicio ni final, tal como el divagar de las nubes. Debí escribir aquella maravilla antes de olvidarla pues ahora mis recuerdos no dan para más que un árbol, un par de rocas, el pasto y una cascada de la cual no recuerdo no para.

Shnitzel Rad

Éramos dos enamorados, divididos por un hilo de agua. Ambos éramos libres y brotaba de nosotros amor y felicidad. El pequeño hilo siempre nos separó, el cual fue creciendo y creciendo, a medida que veíamos que nuestro pensar era distinto, este iba creciendo.

Un día me atreví a decirle que los polos opuestos se atraían, pero él no me hizo caso. 

De esas diferencias brotó algo más en mí, más conocimiento, más fuerza en mí y todo gracias a un desamor.

Valeria Querubin

...Y leyó hasta venirse.

Alejandro Zapata

Y así es como surgen las palabras y versos hermosamente escritos en aquel libro, como una cascada resplandeciente en la inmersa bruma negra de la oscuridad... Cada letra va cayendo en su lugar asignado creando así un mundo inexplorado de palabras artísticas que reflejan un significado oculto. Observo hacia arriba y veo ese cielo que poco a poco hace combinación con mis pensamientos y le dan ese significado oculto que habita en aquel misterioso libro...

Sabrina Orozco Ospina

Y estoy aquí, de nuevo en ese lugar donde me siento tan yo, donde mi espíritu camina libremente por todo el pasto, mi cuerpo está acostado en la sombra de aquel árbol donde pasé mi infancia, donde jugaba, reía, cantaba, donde simplemente me sentaba a vivir.

Todo este campo está lleno de recuerdos, hay miles de sensaciones y emociones en el aire.

Juego en el río, salto de un lado a otro, muevo mi cabello, siento el agua tocando mi piel, de pronto recuerdo que hay una cascada que lleva a la realidad, ¿Será que me lanzó? Amo este lugar, pero... Ya me faltas, extraño cada milímetro de tu piel.

Empiezo a correr hacia la casada y me lanzo sin pensarlo.

¡Joder! Volví al mundo, ahora recuerdo que moriste y que sólo me queda este libro, el libro de recuerdos de lo que un día fuimos.

Adrian Menco Vargas

Poco a poca la nostalgia errática del sol colisionaba mis párpados en decadencia; oh, prados escandinavos de texturas frágiles, oh, fértiles ríos pobladores de desterrados, acunan ustedes a mi descanso, el sopor de su destierro acudirá a mi delirio. 

 

Helo allí, en la espesura del prado, ¿acaso busca algo entre tanta mezcalina verde? Ese pobre siervo qué sólo se alimenta del sustento de la arbolada. Cuán dócil cazador acecha su paso y, en su lecho, furibundo yace tal cual piedra cayendo al río la ninfa con disfraz de siervo.

Juan Pablo Montoya

Robé, quería llorar.

Pues día a día el hogar de cientos de seres vivos pasaba a ser el hogar de cientos de recuerdos muertos. 

Santiago Cano Molina

Y la chica dijo: Por más viejo, arrugado y empolvado que esté sus historias son como nuevas.

Matheo Muñoz Betancur

Pasan los días, pasan los meses, incluso, ya han pasado varios años; aquel momento que estuvimos sentados en un gran paraíso, en el que las gotas de agua caían en una cascada de oportunidades, aún recuerdo tus ojos cuando de repente, pasamos a ser parte de la historia, éramos infinitos a la vez que no estábamos, existíamos en otra realidad. Nuestra historia será contada y pase lo que pase, nunca detengas tu lectura.

Ana Cristina Grajales

Y allí fue cuando surgió, justo allí donde todo es olvidado, donde el alma se desarma y las palabras se hacen grandes, donde con palabras vuelas y poco a poco escalas...allí fue cuando surgió lo que llamaba volar, lo que llamaba sentir y lo que llamaba amar. Surgió mi amor por las letras y mi amor por escribir, ese pequeño refugio donde empezaba a sentir, surgían como cascada las palabras para hablar, y a la hora de pintar el libro era mi lienzo y las letras mi pincel.

Daniel Cano Mesa

Al empezar, mi mundo estaba vacío. 

No había centro, me encontraba solo. Pero fue el lápiz y fueron las hojas quienes me sacaron de la oscuridad, las palabras que escribía aseguraron un nuevo mundo para mí, con verdes frases que adornaban mi destino y un cristalino cariño que marcaba mi comienzo, el sol que irradiaba las posibilidades y árbol para descansar entre palabras, así empezó todo, así empezó el sueño.

Santiago Correa Estrada

...Y cruzó esa colina que desde la inmensidad del lugar sobresalía, algunos árboles rascaban el cielo más iluminado que alguna vez se vio con sus verdes y frondosas hojas, la cima había quedado atrás con sus pastizales de tonos secos, que jugaban con el viento a volar entre nubes y un sol radiante, el nuevo horizonte se mostraba 

 

más tras cada paso, que con esfuerzo pero con satisfacción marcaba el camino de una aventura irrepetible; a poco se llegaba al objetivo, se leía páginas de grandes pasajes, sin saber el abismo que le esperaba, cada árbol, cada río, cada paso era una estrella del firmamento de la pomposa curiosidad humana, que como el agua llega al mar, pierde su dulce sabor, aquel dulce relato y después recuerdo está condenado a ser cubierto por las arenas del tiempo y la madurez de la mente.

Manuel Alejandro Yepes

Entre el polvo y la oscuridad las manos frágiles y arrugadas del anciano hallaron un libro, uno que contaba la historia del mundo. Su parte favorita era donde describían árboles con tallos gruesos y hojas verdes. El final le mataba.